Quinta de Azevedo

Durante 900 años, la familia Azevedo la mantuvo en sus manos hasta que en 1936 la vendieron, oportunidad que aprovechó Sogrape Vinhos más tarde para adquirir uno de los viñedos más apreciados de la región de Vinho Verde. Aquí, variedades tradicionales como la Loureiro y la Alvarinho alcanzan su máximo esplendor en las manos de António Braga. 

Se trata de vinos con una graduación alcohólica más baja de lo normal, un máximo de 11,5 ºC, además de ser especialmente aromáticos, muy frescos y altamente equilibrados. Por eso, son perfectos para ser consumidos de manera habitual, ya que también son muy versátiles gastronómicamente.

Esto se debe sobre todo a la proximidad de la región al Océano Atlántico, de manera que no experimenta temperaturas extremas, dando lugar a inviernos suaves y lluviosos y a veranos relativamente secos y frescos.

Y es que algunos de los vinos elaborados en Quinta de Azevedo son ya considerados un clásico en la mesa portuguesa que se precie. Gazela es ya un símbolo nacional que desde 1984 acompaña los mejores platos de bacalao, y que muy posiblemente siga haciéndolo durante mucho tiempo.