Celler Masroig

Presentamos por primera vez una bodega sin la cual sería imposible entender el Montsant: Celler Masroig, que ubicada en el corazón de la D.O agrupa a gran parte de los viticultores de la zona. [break]

Conocimos sus vinos a través de nuestro sumiller, Adolfo Fernández, quien heredó de un familiar un par de botellas de la añada 2000 de Les Sort Vinyes Velles, el tinto más icónico de la casa. Para su sorpresa, el vino no solo no había decaído con el paso del tiempo, sino que incluso había evolucionado a mejor. Nos lo contó y nos pusimos arduamente manos a la obra para ofrecéroslo. Aunque eso sí, con una añada más reciente.

El estreno de Masroig en BODEBOCA coincide además con una fecha especial para la bodega, y es que durante este 2017 está celebrando su centenario. Cien años desde que un grupo de viticultores de la localidad de El Masroig se agruparon para hacer realidad la que hoy es la bodega del Montsant que más variedades y marcas de vino elabora.

Para estos hombres y mujeres, es importante distinguir entre “amar y elaborar vino”, y ese es uno de los matices diferenciales de Masroig. Para amar el vino resulta esencial mantener la esencia y la personalidad de hace cien años, y eso se traduce en hacer un vino respetando la tradición y estableciendo un vínculo emocional con el entorno de la comarca.

Por todo esto, no es de extrañar que sigan elaborando un blanco como Les Sorts Blanc, obtenido con la Garnacha blanca que durante años muchos viticultores arrancaron por falta de rentabilidad económica. Son sólo 3.000 botellas las que hacen cada año, pero suficientes para dejar clara la filosofía de la casa.

También apegados a la tradición están vinos como Pinyeres o Ferest. Pinyeres toma su nombre de una leyenda protagonizada por un soldado que, furioso al no ser correspondido por una joven de la zona, arrasó la aldea sobre la que hoy se asienta el pueblo de El Masroig. Y Ferest, cuya traducción en catalán es “rústico y natural”, es la apuesta ecológica de una bodega que, por ser fiel a las tradiciones, no se queda atrás en lo que a tendencias sostenibles se refiere.

Por último, en Les Sorts Sycar encontraréis la unión de esos dos mundos: el de la tradición y el de los nuevos tiempos; estos últimos representados por la incorporación de la variedad Syrah, la última que se plantó en Masroig, hace solo 20 años. Y es que a pesar de la longevidad de esta bodega, su historia se sigue escribiendo día a día para afrontar su segundo centenario de vida con la mejor salud posible.