Mucho antes de tener viñas, Rafa Bernabé ya sabía lo que era vivir del campo. A sus naranjos y limoneros sumó cepas, y con el mismo ahínco y nivel de detalle, no ha parado de investigar. [break]
Rafa Bernabé es un citricultor, pero no cualquiera. Trabaja las variedades más complicadas y delicadas de limones y naranjas, esas que a la mínima tienen marcas. La obstinada preferencia por hacer aquello que supone un reto añadido es un rasgo de su personalidad. Como no podía ser de otra forma, sin importar las dificultades, trabaja las variedades que le gustan, también en sus viñedos.
Un elaborador honesto, un hombre inquieto, un romántico, o simplemente "un viñador" como se define en su página de presentación. Resulta interesante conocer al hombre que está detrás de los vinos que hoy presentamos, especialmente cuando lo que mejor define su proyecto es la frase “hacemos lo que decimos que hacemos”. Es además un elaborador respetado y querido.
El compromiso con la tierra, la agricultura, la identidad, y sobre todo el amor por lo propio, sin complejos, definen los vinos de Rafa Bernabé. Y por tanto, más allá de lo que puedan contarnos, ellos prefieren que sean sus vinos los que hablen por sí mismos. Vinos que por cierto, sean abiertos por personas que se acaban las botellas.
El viñedo, a pesar de estar en el levante, en una zona netamente cálida, está a casi 800 metros de altitud sobre el nivel del mar, por tanto aquí la acidez es algo más elevada. Los inviernos son muy fríos y la zona es bastante fresca. No pueden evitar que los vinos se vayan a 14 grados, no hacen milagros, pero en la vinificación controlan la extracción y procuran que la presencia de la barrica no sea excesiva.
El suelo es rudo y el clima es de secano riguroso, la planta sufre mucho y llevan 12 años sin echar nada más en la viña que un azufrado al año. Este dato no es anecdótico cuando en sus vinos lo primero que encuentras es ese suelo. ¿Hay algo de tiza en tu copa, algo de pedernal mojado? Son esas piedras grandes, la descomposición del granito, muy pobres en nutrientes, las causantes de estos recuerdos. Y con esta austeridad no puede haber maquillaje. Los vinos honestos eran esto.
Rafa Bernabé Aguilar, vigneron d’Alicante, mène un projet sincère basé sur la production de vins honnêtes, de terroir. Ses vins rouges proviennent de la propriété...